Señora Helen Sinibaldi de Bonilla
Una mujer emprendedora, con alto sentido de proyección social y comprometida con las personas con discapacidad.
Helen nació en 1952 en la Villa de Chiantla, Huehuetenango. Sus padres, Oscar Sinibaldi Barillas, Médico Veterinario originario de la capital, quien residió en Chiantla como parte de su trabajo para una organización social – y Victalina García de Sinibaldi (Doña Vita) – muy queridos y admirados en su comunidad, por su actitud de servicio a los demás. Helen fue hija primogénita de una familia de 4 hermanos.
Cuando Helen no cumplía aún 6 años, su familia decidió trasladarse a la ciudad capital. Su padre falleció cuando tenía apenas 11 años, y su madre siempre fue fuente de inspiración y fortaleza. Se graduó con la distinción de Excelencia de la Casa Central como Maestra de Educación Primaria Urbana, habiendo ocupado el puesto como abanderada en todos los grados que estudió. Participó activamente en las catequesis del Oratorio Salesiano y fue nombrada como madrina del mismo. Fue maestra destacada en el Colegio para Señoritas Santa Teresita. Tomó cursos de pintura con el Profesor Enrique Medina, se formó como Catequista de las Hermanas de la Caridad, estudió teología en la Escuela Católica de la Iglesia Tívoli y se capacitó en el programa Hogar Empresa del Instituto Femenino de Estudios Superiores, IFES.
En diciembre de 1972 contrajo matrimonio con José María Bonilla Porras, con quien formaron una linda familia de 5 hijos, hoy todos profesionales muy destacados. A sus 44 años, esta mujer guatemalteca estaba muy orgullosa y satisfecha de haber dedicado todo su tiempo a su familia, pero sintió que tenía algo más que dar y deseaba encontrarlo.
Fue así como a mediados de 1,996 nació en su corazón un sentimiento especial al conocer en un orfelinato a Alex, un niño de 4 años que no veía, no escuchaba y tampoco hablaba: era un niño con sordoceguera que había sido abandonado en los baños púbicos de un mercado del interior del país. Sus limitaciones sensoriales no limitaron su espíritu encantador, por lo que Alex no tardó en conquistar a toda la familia, quienes en diciembre de ese mismo año se convirtieron en su familia adoptiva.
Helen y José María buscaron la ayuda de médicos especialistas, pero la pérdida visual y auditiva de Alex no era recuperable, ya que su madre biológica contrajo rubéola durante la gestación y el Síndrome de Rubéola Congénita le afectó seriamente sus principales sentidos. Lo más difícil para la familia era no poder comunicarse con él, por lo que llenos de amor hacia su hijo adoptivo, se dieron a la tarea de informarse e investigar cómo educarlo.
En Guatemala la sordoceguera era casi desconocida. En su larga búsqueda supieron del programa Hilton Perkins que apoya proyectos educativos para niños con sordoceguera. Los contactaron y su respuesta fue generosa y abierta poniéndolos en contacto con otros padres y profesionales de Latinoamérica, brindándoles apoyo, orientación y capacitación. Helen se dedicó a poner en práctica todo lo aprendido y poco a poco fue logrando que Alex aprendiera a movilizarse, a comer solo, a saber cuándo era hora de dormir, a realizar señas para comunicarse…
Al ver que estos pequeños milagros le proporcionaban bienestar no sólo a su hijo sino a todos los que los rodeaban, consideraron que era necesario compartir con otros padres de niños con sordoceguera lo que habían recibido. Así, en diciembre de 1997 con un grupo de amigos y colaboradores y con el apoyo profesional del programa Hilton Perkins, constituyeron legalmente La Fundación Guatemalteca para Niños con Sordoceguera Alex “FUNDAL” y su primer centro especializado en la educación para niños con sordoceguera.
El Centro Educativo inició con dos alumnos en Marzo de 1998, en una pequeña bodega de su casa de habitación en una zona alejada y boscosa. Posteriormente se fue ampliando con otras construcciones prefabricadas y con tesón, esfuerzo y pasión estas instalaciones dieron albergue a la Fundación por espacio de 13 años. Helen trabajó incansablemente para conseguir asesoría y apoyo económico, tanto a nivel nacional como internacional, para construir una sede propia, con mejores y amplias instalaciones, convirtiéndose en una bella realidad, a principios del 2012, al inaugurar en la jurisdicción de Mixco, las nuevas instalaciones del Primer Centro especializado en la atención de bebés, niños y jóvenes con sordoceguera y retos múltiples. En la actualidad se benefician más de 400 familias en sus tres sedes, (Ciudad Capital, Quetzaltenango y Huehuetenango). Se trabaja en los programas de apoyo a instituciones que atienden niños y jóvenes con discapacidad múltiple en diferentes puntos de la República.
Helen también se ha dedicado, desde los inicios de FUNDAL, a buscar, localmente y en el exterior, apoyo para capacitar al personal, logrando a la fecha, que 4 maestras de esta institución se especialicen en el Programa de Liderazgo Educativo de Perkins Internacional en Massachusets, gozando de becas completas de 9 meses de duración. Los conocimientos y preparación adquiridos, han incidido en una atención mucho más profesional, que ha permitido que a FUNDAL se le tome actualmente, como centro de referencia para otras instituciones del área.
El impacto de FUNDAL también llega a más de 5,000 estudiantes con discapacidad sensorial gracias a la formación de aproximadamente 1,000 docentes y profesionales cada año por medio del Programa Semilla.
Helen ha dirigido este proyecto como madre y la primera maestra de Alex. Se ha caracterizado por una entrega total, un espíritu sensible a la necesidad del prójimo y una lucha constante por lograr las mismas oportunidades y derechos para los niños y jóvenes con sordoceguera y discapacidad múltiple. Ella ha sido la Ann Sullivan de Alex. Así como esta maestra egresada de la escuela para ciegos, Perkins School, logró despertar a la comunicación y liberar el alma de la sordociega más famosa de la historia: Helen Keller, nuestra Helen ha logrado iniciar un sistema de comunicación, primero con su hijo y posteriormente, con el apoyo de muchos profesionales especializados, atender a muchos niños y niñas y sus familias en esta abnegada misión.
Ha promovido numerosas actividades para sensibilizar a la población ante la discapacidad y obtener los recursos que le permitan continuar su labor. Así mismo ha participado en capacitaciones como participante y como exponente a nivel nacional e internacional en el tema de la sordoceguera y discapacidad múltiple, representando a FUNDAL y a su país.
Apoyó intensamente la campaña para erradicar la Rubéola en Guatemala (aún una causa de sordoceguera en nuestro país) y su hijo Alex fue nombrado en el Palacio Nacional como Embajador de la Paz el 9 de Mayo de 2007, por su testimonio de vida y lucha como persona con el Síndrome de Rubéola Congénita.
Gracias a su tenacidad y a la humildad que le caracteriza, ha obtenido dentro de muchos reconocimientos: “Plaqueta Helen Keller” otorgada por Perkins Internacional por establecer en tiempo récord el primer programa en Centro América para niños con sordoceguera; “Mujeres que Brillan en Guatemala” otorgado por PANTENE y “Mujer Avon 2008”, gracias a su destacada y desinteresada labor social y humana.
Su inspiración y motor ha sido, es y seguirá siendo Alex, hoy un joven de 25 años con un espíritu tan auténtico que demuestra que cuando algunos sentidos se limitan, se empodera el alma. Helen, sigue realizando día a día, su cuádruple rol, como esposa, madre, abuela y maestra guía, para hacer de Guatemala, un mejor lugar para su familia, la de FUNDAL y la de muchas otras personas que tenemos el privilegio de conocerla.
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Para mayor información visita: https://www.huellasdeternura.org/
#TernuraParaLaNiñez